Bajo un cielo que se abrió justo a tiempo para sellar una promesa de amor eterno, Demi Lovato y Jordan “Jutes” Lutes celebraron su unión en una ceremonia íntima, mágica y profundamente emotiva en la finca Bellosguardo de Santa Bárbara. El 25 de mayo, la pareja transformó su historia de amor en un capítulo inolvidable, rodeados de la brisa marina, la calidez de 135 seres queridos y la elegancia que solo el amor verdadero puede inspirar.

Desde que se conocieron en 2022 durante la producción del álbum Holy Fvck, Demi y Jutes construyeron una relación que floreció entre letras, guitarras y confidencias compartidas. En diciembre de 2023, él le pidió matrimonio en una habitación cubierta de rosas, mariposas y velas —un escenario digno de una canción de amor— interpretándole una pieza compuesta especialmente para ese instante. Así comenzó el camino hacia un “sí, acepto” que hizo vibrar la costa californiana.

Un escenario de cuento

"En cuanto vimos el lugar, supimos que era aquí donde queríamos casarnos", compartió Demi sobre Bellosguardo, la impresionante mansión que domina el Pacífico con jardines que parecen sacados de un óleo. En ese escenario idílico, Lovato deslumbró con un vestido de Vivienne Westwood de cuerpo corsé y escote drapeado. "Me hace sentir segura de mi cuerpo", confesó con una sonrisa que hablaba de plenitud.

El novio, por su parte, eligió un clásico esmoquin negro de Saint Laurent. Elegante y sereno, Jutes lucía completamente enamorado mientras se enfrentaban a una divertida piedra, papel o tijera para decidir quién leería primero sus votos. Ganó él, pero Demi fue la primera en hablar: "Simplemente me sentí amada… Toda la vida me ha traído hasta este momento, y ha merecido la pena con creces".

Un amor celebrado en cada detalle

La planificación, dirigida por la reconocida organizadora Mindy Weiss, combinó sofisticación con una calidez cercana. Desde la cena de ensayo en el Arnoldi’s Café hasta el cóctel bajo una carpa con flores de Celio’s Designs y cubitos de hielo personalizados, cada elemento fue pensado para reflejar la esencia de los novios.

Durante la recepción, Demi volvió a apostar por Westwood, esta vez con un vestido columna de satén marfil, elegantísimo y bordado con delicadeza. Más tarde, lució un traje blanco de Lapointe, tacones de Jimmy Choo, y un mini vestido de despedida diseñado por Idan Cohen, combinado con salones Gianvito Rossi. Sus joyas, seleccionadas con minuciosidad, fueron todas de XIV Karats.

Uno de los momentos más conmovedores de la noche fue el primer baile, cuando Johnny Rzeznik —líder de los Goo Goo Dolls— interpretó en vivo Iris, la canción favorita de la pareja. “Fue surrealista… Teníamos que pellizcarnos para creerlo”, recordó Demi, visiblemente emocionada.

Una fiesta inolvidable con ritmo de DJ

La velada se tornó aún más vibrante cuando Paris Hilton, íntima amiga de la pareja, tomó el control de la cabina de DJ e hizo temblar la pista de baile con su inconfundible estilo. “Literalmente hizo botar la pista”, dijo Demi entre risas. Entre sesión y sesión, los invitados se fotografiaron en un fotomatón MirMir, capturando la felicidad desbordante de la noche.

Como broche de oro, los recién casados corrieron entre un túnel de bengalas sostenido por sus invitados, subieron a un Cadillac blanco antiguo y se perdieron en la noche estrellada de Santa Bárbara. Un final digno de una historia donde el amor, la música y la autenticidad fueron los protagonistas.

Una nueva etapa con el alma gemela

“Es difícil expresar con palabras lo que Jordan significa para mí”, expresó Demi. “Antes de completarnos mutuamente, nos completamos a nosotros mismos, y creo que eso es lo que hace tan fuerte a nuestra relación”.

Con la emoción aún en los labios, Jutes concluyó: “Poder despertarme con Demi, rodeado de su risa, su espíritu travieso y su gran corazón… es un verdadero regalo”.

Y así, Demi Lovato y Jutes no solo sellaron un compromiso; construyeron un recuerdo eterno. Un reflejo fiel de lo que sucede cuando dos almas están listas para amarse con valentía, alegría y complicidad.

Fuente Foto: Jose Villa, VOGUE